Educación

Elementos clave

Las personas detenidas tienen derecho a la educación en prisión y esto es crucial para su rehabilitación y reinserción en la sociedad después de su puesta en libertad. En el caso de la infancia, cuando se encuentran en edad escolar obligatoria, y de las personas detenidas que carecen de las habilidades básicas de lectura, la educación debe ser obligatoria. Todas las personas detenidas deben tener acceso a un programa de actividades educativas adaptado a sus necesidades individuales, y dirigido a su desarrollo personal completo. Esto incluye la educación formal y no formal, así como una biblioteca accesible y bien surtida. La educación en las prisiones debe integrarse dentro del sistema de educación del exterior e involucrar a los actores comunitarios en todo lo posible.

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Análisis

El derecho a la educación en la cárcel

Todas las personas detenidas deben tener acceso a un programa de actividades educativas dirigidas a su desarrollo personal completo. Esto forma parte del respeto al derecho inviolable a la educación, que no debe perderse durante la detención. También es fundamental para garantizar que el período de detención se utilice para mejorar la situación de la persona y ayudar a su reinserción en la sociedad.

Garantizar este derecho significa que los estados también deben proporcionar programas educativos para las personas detenidas sin condena, según lo recomendado por el Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la educación. Esto resulta especialmente importante dada la frecuencia con que se dan largos períodos de detención preventiva en todo el mundo, pero a menudo no se garantiza la educación en la práctica

¿Qué se entiende por educación?

La educación en las prisiones debe ser entendida en el sentido más amplio para incluir programas formales e informales dirigidos al desarrollo completo de la persona, teniendo en cuenta el origen social, económico y cultural de las personas detenidas. Esto incluye:

• La educación obligatoria en los niveles primario y secundario. Esto debería ser obligatorio para los niños y niñas en edad escolar y también para las personas adultas que no han completado la enseñanza obligatoria.

• La alfabetización y la educación aritmética. Esto debería ser obligatorio para las personas detenidas que carecen de las habilidades básicas de lectura, escritura y cálculo.

• La educación superior (terciaria): la etapa opcional de la educación por lo general proporcionada por universidades, colegios e institutos y que suele dar lugar a la obtención de títulos académicos, certificados o diplomas.

• La formación profesional, que prepara a las personas para unas funciones específicas de trabajo, comercios, artesanía y oportunidades de trabajo en varios niveles.

Se entiende también que la educación en las prisiones debe abarcar actividades más amplias que contribuyan al desarrollo de la persona, incluyendo actividades culturales, creativas y deportivas.

Niños y niñas
Educación infantil

Los niños y niñas en la cárcel tienen necesidades educativas específicas y, a menudo importantes. En muchos contextos, tienen un nivel educativo más bajo que la media y con frecuencia carecen de las habilidades básicas de lectura, escritura y cálculo. Las niñas y niños además son más propensos a responder positivamente y a beneficiarse de la educación durante el período de detención.

Todas y todos los niños privados de libertad que están sujetos a la educación obligatoria deben tener acceso y participar en este tipo de educación. Esta debería, en la medida de lo posible, impartirse fuera del centro de detención, en las escuelas de la comunidad y siempre por personal docente cualificado a través de programas integrados en el sistema de educación pública.

Los niños y niñas y jóvenes que estén por encima de la edad escolar obligatoria que deseen continuar su educación deben ser alentados y alentadas, y se les proporcionará la oportunidad de hacerlo. Aquellas personas jóvenes analfabetas o con problemas cognitivos o de aprendizaje deben tener derecho a una educación especial. La educación o la formación no deben prolongar su detención.

Beneficios de la educación en las prisiones

La educación en prisión tiene una serie de beneficios reconocidos para las personas detenidas las prisiones y la sociedad, que incluyen:

• Proporcionar un nivel mínimo de escolarización obligatoria.
• El aumento de la autoestima de las personas detenidas, la moral y proporcionar habilidades necesarias en sociedad.
• Aumentar las posibilidades de encontrar un empleo remunerado después de la puesta en libertad.
• La reducción de tensiones y comportamientos disruptivos y romper las barreras entre los diferentes grupos existentes en la cárcel.
• La prevención de la delincuencia, y la mejora de la seguridad pública y los beneficios económicos para la sociedad ya que se reduce la reincidencia.

Garantizar el acceso a la educación

Para garantizar el derecho a la educación, la educación para las personas en prisión estar radicada en la ley. Los Estados deben tener una política coherente en materia de educación en las prisiones, de manera que sea disponible, accesible, adaptable y de la más alta calidad posible. Fondos públicos adecuados, personal docente y el equipamiento necesario deben ser asignados para garantizarlo. La educación obligatoria debe ser proporcionada de forma gratuita, junto con el mayor número de programas de educación adicional como sea posible para evitar los obstáculos al acceso por cuestión de recursos.

Factores que afectan la calidad de la educación prisión

La naturaleza, la oferta, la calidad y las cuotas de participación en los programas de educación de prisión varían mucho entre países e instituciones. A pesar de sus beneficios reconocidos, en muchos contextos, la educación en prisión no es una prioridad en la política pública y se le asignan recursos humanos y financieros inadecuados. De este modo, los programas educativos son limitados o inexistentes; y los programas de estudio son a menudo demasiado básicos o irrelevantes, con métodos de enseñanza y equipamientos obsoletos que limitan la utilidad de los programas. La calidad de la enseñanza puede ser pobre debido a las condiciones de trabajo del personal, incluyendo salarios bajos, falta de incentivos y el hecho de que el personal docente puede no ser nombrado por el Ministerio de Educación (con el estatus y beneficios que esto conlleva).

Las barreras para acceder a la educación en la cárcel

Cuando se ofrecen programas educativos, las personas detenidas a menudo se enfrentan a barreras que en el acceso a los mismos en el contexto penitenciario, que incluyen:

• La educación es vista como un privilegio y no un derecho, que se puede obtener de forma discrecional o ser retirado por razones disciplinarias.
• Los sistemas de corrupción o las jerarquías informales entre las personas detenidas controlan el acceso a los programas educativos, mediante pagos u otros criterios discriminatorios.
• Las medidas de seguridad y otros "imperativos" operacionales tales como los traslados frecuentes y los cierres interfieren con el aprendizaje.
• El acceso discriminatorio a la educación basado en el lugar de detención, la duración de la sentencia y/o la categoría de seguridad, así como la discriminación contra las personas en situación de vulnerabilidad.
• Costes de la educación demasiado altos que impiden el acceso a las personas detenidas que no tienen suficientes recursos personales.

La integración en el sistema educativo

La educación en las prisiones debe integrarse dentro del sistema de educación exterior (mediante planes de estudio, materiales y profesionales de la comunidad). Esto es importante para la normalización de los programas educativos y el aumento de la posibilidad de que las personas detenidas continúen su educación después de su puesta en libertad. En la medida de lo posible, las niñas y los niños deben recibir la enseñanza obligatoria y otros programas educativos (por ejemplo, formación profesional) en la comunidad. Esta oportunidad también debe estar disponible para las personas adultas detenidas, siempre que sea posible. La titulación académica adquirida por las personas detenidas en prisión no debe indicar que estuvieron detenidas.

Se recomienda que las autoridades gubernamentales responsables de la educación pública (por ejemplo, Ministerio de Educación) sean responsables de la educación en las prisiones, en coordinación con la administración penitenciaria (Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la educación). En muchos contextos, la administración penitenciaria tiene la principal responsabilidad. Tampoco es raro que se subcontrate este servicio a la comunidad y sectores voluntarios.

Lo que es importante es que la educación se proporcione de acuerdo con una política gubernamental coherente, de manera coordinada entre los actores pertinentes para garantizar los estándares más altos posibles. Cada prisión debe tener una política de educación en línea con la política del gobierno y trazar los valores y objetivos de la educación así como el modo en que se va a proporcionar.

Plan de educación individual

La población penitenciaria puede tener diversas necesidades educativas. Las personas detenidas a menudo carecen de las habilidades básicas de lectura y escritura y se enfrentan a barreras de acceso a la educación vinculadas a sus experiencias antes de la detención, en particular la baja autoestima, fracasos escolares anteriores y el estigma de analfabetismo.

La educación debe estar adaptada a las necesidades de cada persona detenida como parte de un programa equilibrado de actividades constructivas en prisión. Cada persona detenida debe tener un plan de sentencia individual, que incluya metas educativas y un programa de actividades para lograr estos objetivos. Esto debe ser monitoreado, evaluado y actualizado desde el momento de su ingreso hasta su puesta en libertad.

Motivación e incentivos

Las autoridades penitenciarias deben fomentar activamente la participación en los programas educativos. La educación no debe tener menos estatus que el trabajo en las prisiones y no deben existir obstáculos para la asistencia a clases educativas. Las autoridades penitenciarias pueden proporcionar incentivos para la participación en la educación, como por ejemplo, tener en cuenta el tiempo dedicado a la educación en las evaluaciones para la libertad condicional. Los horarios deben estar dispuestos de manera que se garantice que las personas detenidas no se pierden los programas educativos debido a otras actividades.

Participación intersectorial

La participación de los diversos actores, como las personas detenidas, el funcionariado de prisiones, la comunidad exterior, organizaciones no gubernamentales y las familias, en el diseño, ejecución y evaluación de programas educativos (no obligatorios) tiene una influencia positiva en su calidad e impacto. Lo estándares establecen que la comunidad exterior debe involucrarse tanto como sea posible en la provisión de educación en las prisiones. Por ejemplo, las organizaciones de la comunidad, tales como grupos culturales y voluntarios pueden ser invitadas a facilitar actividades educativas en la cárcel.

Las propias personas detenidas son, a menudo, un recurso sin explotar para el aprendizaje compartido. Por ejemplo, las personas detenidas con mayor nivel educativo pueden ser empleadas por las autoridades de la prisión para ayudar a otras personas detenidas en el desarrollo de habilidades básicas de lectura y escritura u otras habilidades, bajo la supervisión apropiada (aunque esto nunca debe ser un sustituto de la educación obligatoria por personal docente cualificado).

Biblioteca

Cada prisión debe mantener bibliotecas bien provistas y accesibles, surtidas con una gama adecuada y apropiada de recursos y con la tecnología disponible para todas las categorías de personas detenidas. Los vínculos con bibliotecas externas y el apoyo de la sociedad civil pueden ayudar a asegurar un stock adecuado de materiales, incluyendo para las personas detenidas que no hablan el idioma principal de la institución.

Incluso cuando las bibliotecas están bien equipadas, las personas detenidas pueden enfrentarse a una serie de barreras en el acceso a los materiales. El horario de apertura de la biblioteca debe estar dispuesto para garantizar que todas las personas detenidas tengan un acceso razonable a esta, teniendo en cuenta el calendario de otras actividades. Deben realizarse todos los esfuerzos posibles para garantizar que las personas detenidas no sufran discriminación en el acceso a las bibliotecas (por ejemplo a través de la corrupción o jerarquías informales entre la población penitenciara).

Las personas detenidas también pueden carecer de las habilidades para buscar en la biblioteca y encontrar materiales de interés. La existencia de personal bibliotecario calificado que pueda explicar y ayudar a las personas detenidas a acceder a los materiales, puede aumentar el valor educativo de las bibliotecas de prisiones. En algunas prisiones, se distribuyen listas de libros a las personas detenidas para que puedan firmar y solicitar un libro específico. Tal sistema puede aumentar el acceso a los materiales de lectura, pero no debe sustituir el acceso efectivo a la biblioteca.

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Niños y niñas
Niños y niñas viviendo con sus madres en prisión

Los niños y niñas que viven con sus madres que cumplen una condena en la cárcel tienen el mismo derecho a la educación que los niños y niñas que viven en la comunidad. En la mayoría de los países, existe un mandato legal para la provisión de educación preescolar para los y las niñas pequeñas que viven en la cárcel, pero en la práctica esto se aplica poco o nunca debido a la escasez de recursos económicos y humanos (falta de personal docente capacitado y de transporte, falta de coordinación entre los organismos responsables y conocimiento limitado de los derechos de la infancia.)

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Niños y niñas

Las niñas deben tener el mismo acceso a los programas educativos que los niños privados de libertad, teniendo en cuenta sus necesidades educativas particulares. Si están en la edad de educación obligatoria, esta debe ser obligatoria y llevada a cabo, en la medida de lo posible en la comunidad. Los planes de estudio y las prácticas educativas en los lugares de detención deben ser sensibles al género, con el fin de garantizar el derecho a la educación de las niñas. En la práctica, a menudo existe discriminación de género en lo que respecta a la calidad y oferta de la educación para las niñas detenidas en las cárceles. Esto puede ser debido a la falta de financiación, materiales y personal docente, y al hecho de que se ofrecen menos opciones educativas porque hay menos niñas que niños en detención. Es común que los programas que se ofrecen a las niñas sean de peor calidad y que la formación profesional esté relacionada con los estereotipos de género (como la costura, la cocina, la belleza y la artesanía). Un compromiso y una motivación adicional puede ser necesaria para garantizar que las niñas puedan acceder y beneficiarse plenamente de los programas educativos en detención.

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Las mujeres detenidas deben tener el mismo acceso a los programas educativos que los hombres, teniendo en cuenta sus necesidades educativas particulares. Los planes de estudio y las prácticas educativas en los lugares de detención deben ser sensibles al género, con el fin de garantizar el derecho a la educación de las detenidas. En la práctica, a menudo existe la discriminación de género en lo que respecta a la calidad y la oferta de la educación para las mujeres detenidas en las cárceles. Esto puede ser debido a la falta de financiación, los materiales y personal docente, y al hecho de que se ofrecen menos opciones educativas porque hay menos mujeres privadas de libertad. La educación en las prisiones es, por lo tanto, a menudo de menor calidad y menos accesible para las mujeres detenidas, especialmente cuando se trata de educación superior. Es común que los programas de formación profesional que se ofrecen a las mujeres se relacionen con los estereotipos de género (como la costura, la cocina, la belleza y la artesanía). Un compromiso y una motivación adicional puede ser necesaria para garantizar que las mujeres puedan acceder y beneficiarse plenamente de los programas educativos en detención.

Personas con discapacidades

Las personas con discapacidades físicas y del aprendizaje deben tener la oportunidad de participar en una educación accesible y relevante en la cárcel, adaptada a sus necesidades específicas. Esto puede requerir personal docente especializado y programas y/o entornos adaptados para eliminar las barreras físicas al acceso. En realidad, los sistemas penitenciarios a menudo no son conscientes de que están frenando a un importante número de personas con discapacidades de aprendizaje. El estigma, la discriminación y otras barreras para acceder a la educación implican su exclusión efectiva de los beneficios de estos programas.

extranjeros/as
Minorías y pueblos indígenas

Las personas extranjeras detenidas y las pertenecientes a grupos minoritarios tienen el mismo derecho a la educación en prisión que el resto de personas detenidas. En la práctica, las personas extranjeras son a veces excluidas de los programas educativos (especialmente las personas en espera de expulsión). Las barreras del idioma también pueden implicar un acceso desigual a la educación. Por lo tanto, puede que resulte necesario desarrollar programas especiales para las personas extranjeras o para miembros de grupos minoritarios que no hablan o entienden el lenguaje utilizado en los programas educativos.

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Preguntas para el monitoreo

¿Qué autoridad(es)/organización(es) son responsables de proveer la educación en las prisiones?

¿La educación formal en las cárceles está integrada dentro del sistema de educación pública (usando programas de estudio, materiales y personal docente de este sistema)?

¿Proporciona la prisión un programa de educación formal y no formal dirigido al pleno desarrollo de la persona, incluyendo: la enseñanza primaria y secundaria, alfabetización y aritmética, la educación superior y la formación profesional?

Niños y niñas

¿Garantiza la penitenciaría que todas las niñas y todos los niños en edad escolar obligatoria sean escolarizadas y escolarizados de manera integrada en el sistema de educación pública, con personal docente cualificado y, en la medida de lo posible, en la comunidad?

¿Es la educación obligatoria para las personas detenidas que carecen de las habilidades básicas de alfabetización?

¿Se ofrece la educación obligatoria siempre de forma gratuita, junto con el mayor número de programas de educación adicionales como sea posible para evitar las barreras de acceso en base a los recursos?

¿La cárcel fomenta activamente la participación en programas de educación? ¿Proporciona incentivos? ¿Cómo están dispuestas horarios – se hicieron esfuerzos para asegurar que los programas educativos no entren en conflicto con otras actividades?

¿Hay factores que impiden el acceso a la educación en la práctica (por ejemplo, consideraciones de seguridad, imperativos operacionales, la corrupción, las jerarquías informales entre personas detenidas)?

¿Cómo es la calidad de la enseñanza? ¿Cuáles son las condiciones del personal docente (salarios, condiciones de trabajo, incentivos? ¿El personal docente es nombrado por el ministerio responsable de la educación pública?

¿Pueden recibir las personas detenidas diplomas/certificados reconocidos a nivel nacional al completar los cursos?

¿Se involucra la comunidad (por ejemplo, grupos culturales y voluntarios) en la provisión de la educación no obligatoria en las prisiones?

¿La administración penitenciaria hace uso de los recursos personales entre la población penitenciaria para potenciar el aprendizaje compartido (por ejemplo, en la alfabetización y la aritmética básicas)?

¿Mantiene la prisión una biblioteca bien provista y accesible, equipada con una gama adecuada y apropiada de recursos y la tecnología disponible para todas las categorías de personas detenidas?

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Minorías y pueblos indígenas

¿Hay libros y periódicos disponibles en lenguas minoritarias y extranjeras?

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extranjeros/as
Personas con discapacidades
Minorías y pueblos indígenas
Niños y niñas
lgbti

¿Existen indicios de discriminación en el acceso a la educación, por ejemplo basándose en la duración de la sentencia, la categoría de seguridad o contra personas en situación de vulnerabilidad?

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¿Tienen las mujeres acceso a la misma oferta y calidad educativa que los hombres detenidos? ¿Existen indicios de discriminación (peor calidad, estereotipos de género y barreras al acceso) contra las mujeres?

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Niños y niñas

¿Tienen los niños y niñas que viven con sus madres en prisión el mismo acceso a la educación que las y los niños fuera de la prisión (por ejemplo, educación preescolar)?

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Niños y niñas

¿Tienen las niñas acceso a la misma oferta y calidad educativa que los niños detenidos? ¿Existen indicios de discriminación (peor calidad, estereotipos de género y barreras al acceso) contra las niñas?

Personas con discapacidades

¿Tienen las personas con alguna discapacidad la oportunidad de participar en una educación accesible y relevante en la cárcel, adaptada a sus necesidades específicas? ¿Las personas con discapacidad sufren barreras (por ejemplo, la discriminación, el estigma, barreras físicas) en el acceso a los programas de educación? ¿Es capaz, la penitenciaría, de identificar y satisfacer las necesidades educativas específicas de las personas con problemas de aprendizaje?

extranjeros/as
Minorías y pueblos indígenas

¿Tienen las personas detenidas extranjeras y las pertenecientes a grupos minoritarios el mismo acceso a la educación que el resto de la población penitenciaria (en otras lenguas si fuese necesario)?

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