La detención rara vez responde a las características individuales y las necesidades específicas de los niños y las niñas, incluida la necesidad de una educación apropiada, el contacto con la familia y la comunidad en general, el deporte y el esparcimiento. En cambio, la detención a menudo intensifica la vulnerabilidad de los niños y las niñas a la discriminación, el abuso, la violencia, las malas condiciones de vida, la atención de la salud y la nutrición inadecuadas.

La privación de libertad para los niños y las niñas (cualquier persona menor de 18 años) sólo debe utilizarse como último recurso. Para garantizar su bienestar, se debe poner a disposición de los niños y las niñas una variedad de medidas alternativas. Cuando la detención sea absolutamente necesaria, debe ser por el período más breve posible y debe tener por objeto la rehabilitación y la reintegración de los niños y las niñas en la sociedad.

La mayoría de las niñas y los niños privados de libertad se encuentran en prisión preventiva, a menudo por períodos prolongados, y por delitos menores, en violación de las normas internacionales.

Las niñas y los niños privados de libertad corren un mayor riesgo de sufrir discriminación y abusos tanto por parte del personal como de las demás personas detenidas, desde el primer momento en que entran en contacto con el sistema de justicia penal. Cuando se les priva de libertad, también corren el riesgo de autolesionarse o incluso de suicidarse.

Es importante recordar que las niñas y los niños privados de libertad no forman un grupo homogéneo. Sus necesidades y los riesgos a los que se exponen varían según diferentes factores como la edad, el sexo, la orientación sexual y la identidad de género o el nivel de desarrollo. Las niñas y los niños con discapacidades físicas o mentales corren el mayor riesgo de sufrir abusos y malos tratos una vez detenidos.

Qué hacemos

Proporcionamos herramientas e información a los órganos de monitoreo de la detención sobre las niñas y los niños detenidos. Estas herramientas están orientadas a crear un monitoreo efectivo de los lugares de privación de libertad, permitiendo que se identifiquen todos los signos de maltrato y tortura y que se implementen los cambios. También llevamos a cabo capacitaciones con estos organismos, incluyendo visitas a centros de detención, para proporcionar experiencia práctica.