Las pruebas demuestran que las entrevistas coercitivas, incluidos los malos tratos o el uso de la tortura, no funcionan. Sobre la base de este hecho, la APT está trabajando con sus contrapartes para elaborar directrices que ayuden a las y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley a realizar entrevistas no coercitivas y a aplicar las salvaguardias jurídicas y procesales. Las directrices contribuirán a que la labor policial sea más profesional y eficaz, mientras que al mismo tiempo se reduce el riesgo de maltrato y coacción que las personas enfrentan durante las primeras horas de la custodia. Al promover las prácticas de entrevista e investigación centradas en los principios de la presunción de inocencia y la búsqueda de la verdad, y al facilitar la aplicación de las salvaguardias jurídicas esenciales, las directrices ayudarán a prevenir errores judiciales, fomentar la confianza en las instituciones públicas y promover el estado de derecho. El objetivo es que las directrices sean aprobadas por las Naciones Unidas en 2021.

Transformar las prácticas policiales: de la coerción a la justicia