La historia de la APT
La historia de la APT es la historia de dedicación y determinación de un grupo notable de individuos y organizaciones que tratan de encontrar una manera de prevenir la atrocidad de la tortura.
En la década de los 70, el mundo comenzaba a darse cuenta de que la práctica de la tortura se extendía por todos los rincones del mundo y se utilizaba cada vez más contra la población civil. En aquel entonces, existían pocos mecanismos legales para detenerla.
Entre las muchas personas que rechazaron el uso de la tortura estaba el fundador de la APT, Jean-Jacques Gautier (1912-1986). Él creía que la tortura no sólo afectaba a las propias víctimas, sino que también tiene un efecto tóxico en las sociedades que la toleran.
Gautier se dio cuenta de que existían una mayor probabilidad de que la tortura se produjera en los lugares aislados del escrutinio público. Por este motivo, estaba convencido de que una de las maneras más eficaces de prevenir la tortura sería poner en marcha un sistema de visitas periódicas y sin previo aviso a todos los lugares de detención, llevadas a cabo por actores externos.
En aquel momento, la idea de Gautier fue acogida con gran escepticismo. Fueron pocas las personas que creyeron que los Estados permitirían que personas ajenas visitaran sus prisiones y centros de detención. Pero Gautier persistió y, con la ayuda de algunas personas profundamente comprometidas con la causa, fue consiguiendo poco a poco apoyo para su iniciativa, tanto en Suiza como a nivel internacional.
El Comité Suizo contra la Tortura (que más tarde se convirtió en la APT) fue fundado en 1977 para promover una convención internacional que fuera capaz de crear un sistema universal de visitas a los lugares de detención. Tras su primer éxito a nivel regional, con la adopción del Convenio Europeo para la Prevención de la Tortura en 1987, la organización intensificó su trabajo de cabildeo a nivel internacional.
En el año 2002, el Protocolo Facultativo de la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura (OPCAT) fue finalmente adoptado por la Asamblea General de la ONU y entró en vigor en el año 2006. La idea de Jean-Jacques Gautier se había convertido en una realidad mundial.