Dra. Fatma Raach (Faculté de droit et des sciences politiques de Tunis)

La realización de este estudio sobre la evolución de la prevención de la tortura en Túnez durante 30 años no habría sido posible si el pueblo tunecino no hubiera decidido romper el silencio y empezar una nueva era. La tortura todavía existe en Túnez, pero la respuesta a esta práctica ha cambiado. Durante el largo período de dictadura, las autoridades solían adoptar reformas jurídicas para satisfacer a la comunidad internacional en todos los sectores, incluido en materia de legislación sobre ladetención y el enjuiciamiento. Se establecieron mecanismos de monitoreo y denuncia y se ratificaron acuerdos internacionales. Sin embargo, los actos de tortura seguían produciéndose. El aspecto jurídico no era un factor determinante en la prevención de la tortura. La práctica sí que lo era. Las disposiciones jurídicas en materia de legislación sobre la detención y el enjuiciamiento contenían lagunas importantes, como la ausencia de comparecencia rápida ante un/a juez/a y el acceso rápido a un/a abogado/a, pero el punto esencial era el incumplimiento incluso de las protecciones existentes.

En Túnez, la evolución del marco jurídico y los mecanismos de prevención fue gradual. La falta de independencia y poder de los mecanismos de monitoreo tiene un efecto importante en la incidencia de la tortura. Además, la debilidad y la falta de independencia del poder judicial colocaban a las personas detenidas en una situación vulnerable. Reforzaban la impunidad y animaban a los y las torturadoras a continuar. Tras el levantamiento en favor de la democracia, las autoridades cambiaron su actitud, se establecieron muchos proyectos de reforma y se creó una autoridad nacional para la prevención de la tortura. La población tunecina espera un verdadero cambio con optimismo, pero también escepticismo. La lucha por el fin de la impunidad y la erradicación de la tortura continúa.