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En prisión, a veces resulta necesario, por razones de seguridad, llevar a cabo requisas personales de las personas detenidas y de las visitas.

Las requisas personales pueden ser degradantes y humillantes, especialmente para las mujeres. Por eso deben existir protocolos claros que garanticen que los registros corporales se realizan de manera que se respete la dignidad de las personas sometidas a ellos.

La APT aboga por la protección de las mujeres detenidas mediante la aplicación coherente de las normas internacionales que regulan el uso de los registros corporales.

Las reglas de Bangkok

Regla 19

Se adoptarán medidas efectivas para resguardar la dignidad y asegurar el respeto de las reclusas durante los registros personales, que serán realizados únicamente por personal femenino que haya recibido capacitación adecuada sobre los métodos apropiados de registro personal y con arreglo a procedimientos establecidos.

 

Regla 20

Se deberán preparar otros métodos de inspección, por ejemplo de escaneo, para sustituir los registros sin ropa y los registros corporales invasivos, a fin de evitar las consecuencias psicológicas dañinas y la posible repercusión física de esas inspecciones corporales invasivas.

Regla 21

Al inspeccionar a los niños que se hallen en prisión con sus madres y a los niños que visiten a las reclusas, el personal penitenciario deberá proceder de manera competente, profesional y respetuosa de su dignidad.

Testimonios

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