Al ser privadas de libertad, las personas detenidas dependen en gran medida de las autoridades y de los funcionarios públicos para garantizar su protección, el respeto de sus derechos y de sus necesidades básicas. Las personas privadas de libertad tienen pocas posibilidades, por no decir ninguna, de decidir sobre su propio destino. En tales situaciones, el riesgo de sufrir abusos es inherente. El objetivo de las visitas de monitoreo independientes es reducir y mitigar dicho riesgo.